Esa mañana yo cumplía un mes sin probar una gota de alcohol.
Llevaba ya varias horas despierto. Desde que había dejado de beber me resultaba imposible dormir hasta tarde o pasar un día entero sin tomar una ducha. Tenía que almorzar a mis horas porque de lo contrario andaba como un perro hambriento sin poder pensar en otra cosa y llevaba siempre esa estúpida expresión de felicidad adolescente adeherida a mi como una corbata nueva. Estaba convirtiéndome en un sujeto saludable. La gente lo notaba y me miraba. Me sonreían en los buses y yo apenas estaba preparado para hacerles frente.
Había comprado muchos libros porque el dinero me sobraba. Cada que abría la billetera por las mañanas tenía la misma cantidad de billetes que recordaba haber revisado en la noche. Parecerá raro, pero no estaba acostumbrado a ello de modo que comencé a gastarme el dinero en libros. Esa mañana estaba recostado en mi cama leyendo unos cuentos de Carver cuando recordé que había quedado con Gonzalo para almorzar y le llamé.
Quedamos en encontrarnos frente al supermercado. Llegué antes que él y lo vi venir desde la esquina con el brazo enyesado. Se lo había dislocado jugando al fútbol. Gonzalo no juega al fútbol. Gonzalo oye discos de Bob Dylan, escribe y se pasea en pijamas por su casa. Luego viene y te llama y te dice para hacer algo y ese algo casi siempre termina siendo fumar hierba echados en un parque y morir de la risa. Gonzalo no es de jugar al fútbol pero allí lo tenías con su brazo todo enyesado. Era gracioso.
- Va a venir alguien más? - le pregunté
- Si - dijo - unos amigos de la universidad, pero quedamos a las dos y ya son las dos y veinte, talvez ya se fueron
- Esperémoslos un rato más - dije - luego me acompañas a comprar algo de almorzar porque no he almorzado
- Ok - dijo - yo ya almorcé
Al rato llegó un tipo con una camisa a cuadros y una chompa colgada sobre los hombros. Lo primero que dijo fue
- Oye Gonzalo, por qué todos tus amigos tienen rulos como tú?
Ya se lo imaginarán
Me dio la mano.
Se llamaba Gian...algo
Luego entre ellos se pusieron a hablar de dos chicas llamadas Luz y Juliane que supuestamente también iban a venir. Las llamaron por teléfono. La que se llamaba Luz estaba esperándonos a la vuelta en el McDonalds. La otra dijo que llegaría más tarde porque tenía unos asuntos.
Fuimos hasta el McDonalds a buscar a Luz. Luz era morocha y estaba vestida con una blusa negra que dejaba los hombros al descubierto. Tenía unas pestañas muy largas y bonitas y unos ojos también muy monos pero de eso me di cuenta al rato cuando nos sentamos en el parque a beber las cervezas. En ese momento me pareció simplemente una chica como tantas.
- Oye Pierre y sigues abstinente? - me preguntó Gonzalo.
Decía abstinente en vez de abstemio. Le gustaba decir abstinente porque sonaba a que yo llevaba años sin tener sexo. Casi nadie entendía la broma.
- Hoy cumplo un mes - dije
- Bueno, un mes de abstinencia ya es suficiente no crees Pierre?
- Si, talvez - le dije
- De todas formas - dijo - por qué rayos dejaste de beber?
- No lo sé - dije y en serio ya no lo recordaba
Tenía algo que ver con una chica que me había dejado pero no lograba recordar qué tenía que ver con eso el alcohol
No era por eso que ella me había dejado
- Un mes ya es suficiente - repitió Gonzalo. Iba caminando a mi lado
Atrás iba Luz con Gian...algo
Trataba de imaginar sus gestos al hablar
Trataba de recordar sus caras
Canté algo de Cheap Trick
Ghoooost Townnn... Im a ghostt town without your love
Miré el yeso de Gonza y recuerdo que ese fue el momento exacto en que pensé
- Si pues, un mes ya es suficiente -
Entonces entramos al supermercado.